sábado, 3 de septiembre de 2011

Aún por demostrar el cáncer en las "buenas personas"


   Quería añadir una nueva y última entrada más tratando el tema que me venía refiriendo últimamente, el cáncer. Hasta ahora lo había tratado desde el punto de vista científico, intentando explicar de la forma más sencilla posible qué es el ADN, los procesos que ocurren hasta formar proteínas y cómo estos procesos sufren fallos que en algunos casos generan mutaciones y éstas pueden guiar hacia un cáncer. También se ha comentado cuales son los factores que con más probabilidad pueden dañar las células y desencadenar la multiplicación incontrolada de éstas hasta generar diversos tipos de tumores, dependiendo del órgano en el que ocurran. Sin embargo, cabe la posibilidad que la inducción de un cáncer no sea únicamente debida a un agente externo como puede ser la irradiación de luz ultravioleta o la ingesta de algún compuesto mutagénico.

   A raíz del comentario de un profesor de psicología en un curso sobre enfermedades terminales, he considerado si la aparición de un cáncer tiene un componente psicosomático. Realmente, la reflexión de este profesor fue que pensáramos en las personas que conocíamos que sufrían esta enfermedad. Dio por descontado que todos conocíamos a alguien, esto indica la frecuencia tan alta que ha alcanzado el cáncer en nuestra sociedad. Una vez identificadas a dichas personas recordamos el carácter de éstas. Por lo general, comentaba, suelen ser personas de las que solemos tener un concepto de “buenas personas”, es decir, personas que son más sufridas, que guardan sus sentimientos y se resignan, tal vez prefieran complacer antes que exigir lo que realmente desean. Aunque puede ser una descripción muy general, ya que todos podamos sentirnos reflejados en ciertas situaciones, la considero incompleta. Creo que una actitud más introvertida ante la vida hace que el organismo varíe y se inmunodeprima, es decir, las defensas que protegen nuestra salud de ciertas amenazas se desmoronan, se pierde la protección frente determinados virus y bacterias infecciosas, de igual forma que se pierde la protección que detecta aquellas células anormales que van apareciendo de forma continua en nuestro organismo. Células mutadas se originan por todo lo que en otras entradas se ha comentado, pero el sistema inmunológico juega un papel muy importante en el control de la proliferación de estas células. Por este motivo, un organismo inmunodeprimido es más propenso a sufrir cáncer. Creo firmemente que el propio carácter y la actitud frente a la vida influye sobre nuestra salud. No hemos de confundir que existe un tipo de personalidad protegido totalmente del cáncer, pero sí creo que una personalidad más retraída es el punto de partida de la acumulación de pensamientos negativos, de la indiferencia o el miedo ante las decisiones a tomar en la vida y la depresión. Todo esto hace que el sistema inmunológico se debilite y no sea capar de identificar tanto patógenos como células anormales en nuestro cuerpo, dándoles la posibilidad de la proliferación y con ello la aparición y desarrollo de enfermedades más o menos graves.

   El hecho que la depresión sea origen de un cáncer no está demostrado científicamente, ya que resulta complicado este estudio, pero confío que con el avance de la ciencia y el desarrollo de investigaciones interdisciplinares se llegue a demostrar y así poder luchar desde el propio individuo para prevenir el cáncer mucho antes de que una célula mutagénica se convierta en tumor.

1 comentario:

Masunodos dijo...

Interesante, parece una divagación...Pero de ellas también se pueden sacar cosas beneficiosas (Divagaciones)