jueves, 16 de diciembre de 2010

El viaje del alimoche.

Os recomiendo que le echéis un vistazo a esta página web. Se centra en el viaje de cuatro alimoches (parecidos a los buitres). Hicieron un seguimiento a tiempo real por medio de GPS y lo transmitían día a día a la web. Podías ver cómo avanzaban cada ave, en qué lugar paraba a descansar y dónde se alimentaba. No os digo más. Está muy lograda.

http://www.elviajedelalimoche.com/

sábado, 11 de diciembre de 2010

Jaime I con la Protección del Medio Ambiente.

Hace un par de semanas se concedieron los premios Jaime I. Constan de siete categorías entre ellas, y una de las que más me interesa, es a Protección de Medio Ambiente. Este año ha sido entregado a Jordi Bascompte. Seguramente no os sea conocido, como ningún científico al que se otorgan diferentes premios, ni tan siquiera los Nobel. Sin embargo, yo me sorprendí bastante al reconocer este nombre, Jordi Bascompte. Me preguntaba de qué me sonaba este nombre, y al no recordarlo muy bien eché mano de San Google, y allí estaba. Un tío joven, de unos cuarenta años, con aire desenfadado y con un piercing en la oreja. Vaya, vaya. Sí, el pasado junio asistí a una charla suya en el Edifici Octubre de Valencia. Aquel día no lo conocía para nada, yo iba a una charla sobre biodiversidad (tema principal de este año que se acaba) y su protección. Su trabajo realizado me pareció importantísimo. Mostraba trabajos de su equipo publicados en las revistas científicas más prestigiosas del mundo (Nature o Science, entre otras), y lo más impactante para mí fue que cada publicación se diferenciaba de la anterior en tan solo dos años. Quien trabaja en cualquier tipo de ciencia sabe lo laborioso que es la obtención de resultados publicables.

En realidad su trabajo se centra en el uso de herramientas informáticas, y su equipo ha elaborado diferentes modelos informáticos que recopilan toda la información disponible sobre todas las especies animales y vegetales conocidas. Para cada especie tiene información sobre su hábitat, alimentación, reproducción… Imagináis el volumen de información con la que trabajan. Recopilados todos los datos posibles han podido establecer las relaciones que existen entre una especie y otra. Han definido todos los tipos de relaciones que puede haber en un mismo hábitat con el fin de predecir el efecto que puede tener la desaparición de una de ellas sobre el resto de seres vivos y sobre el ecosistema. En este modelo se considera la importancia de cada relación. No todas las especies animales o vegetales tienen el mismo efecto o el mismo impacto. De ahí la importancia de predecir qué especies pueden tener más repercusión sobre el medio ambiente y así centrar los esfuerzos y los medios en protegerla.

Consideramos que todas las especies, todos los organismos han de ser respetados y que no hay ni una sola especie que puede considerarse de segunda categoría. Pero ante la acelerada pérdida de biodiversidad que padece el planeta en los últimos cien años es necesario priorizar, ya que la alteración del medio ambiente que ha ocasionado el hombre hace irremediable una continua disminución de especies habitantes en nuestro mismo planeta.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Hacia la libertad.

Hablando en la anterior entrada de los estudiantes de hoy en día, me llevó a cuestionar la motivación que sentimos los más adultos hacia el trabajo. ¿Cuantos consideran el trabajo como una carga? Es una responsabilidad y una necesidad pero junto a esto hemos de afrontarlo como una oportunidad de desarrollo. Del desarrollo de nosotros mismos. Creo que tanto el estudio como el trabajo nos llevan hacia una parte de la libertad. Existen otros caminos que completan esta libertad, pero creo que el estudio (da igual de lo que sea) nos lleva a desarrollar nuestra mente hacia nuevas ideas, nuevos pensamientos, nos ayuda a expandirnos, a abrirnos al mundo y para prepararnos a nuevas situaciones. En cambio, el trabajo completa este proceso de expansión. La realización de un trabajo utiliza las ideas adquiridas y nos ayuda a una realización hacia esa libertad. Es decir, mientras que estudiar nos abre la mente hacia la libertad, el trabajo nos permite actuar para finalmente adquirirla. Pensad en una persona que no ha tenido la oportunidad de aprender a leer, de aprender matemáticas, que no ha podido estudiar historia, literatura, ciencias naturales u otras materias. Esta persona no ha tenido la posibilidad de desarrollar la particular inquietud que todos y cada uno de nosotros sentimos. Estas inquietudes pueden ser de las más variadas y todas virtuosas, porque nacen de nuestro impulso interior. Solo estas inquietudes que puedan ser desarrolladas nos llevaran a sentirnos libres. A diferentes personas puede interesarle desde temas tan diversos como la historia, la medicina, la literatura, la naturaleza o el arte. Son temas muy generales y todos con una función en este entramado laboral. Sin embargo, incluso aquellas inquietudes que parecen no tener un hueco en el actual mundo laboral necesitan de un estudio previo. Pero gracias al estudio cualquier actividad, por poco aplicable que pueda parecer en un principio, puede encontrar su nicho en el mercado laboral y social. Poco a poco hemos podido ver cómo han ido apareciendo profesiones que antes no existían o que eran minoritarias, y que se han convertido en necesarias para la sociedad. Personas que puedan sentir pasión por cuidar a niños, a atender ancianos, a ayudar a los más desfavorecidos. Personas que les encantan los deportes de aventura, volar en aeroplano, o quienes viven la noche. Pasiones tan variadas que incluyen a quienes pasarían horas haciendo manualidades, pintando, dibujando. Toda actividad realizada con pasión y entusiasmo ayudan a esa persona a completarse personalmente.

Dejando claro que tanto el estudio y el trabajo nos hace más libres, es triste ver cómo pasamos más de un tercio, sino la mitad, de nuestra vida deseando que pasen esas horas. Cada vez que pensamos a las 9 de la mañana que queremos que sean las 6 de la tarde para salir del trabajo, hacemos que esas horas se hayan perdido para nosotros. Es posible que hayamos hecho el trabajo, nuestra función, pero esas horas no las hemos invertido en nosotros. Cada minuto y cada hora ha de pertenecernos, y aunque el trabajo lo estemos realizando para que unos cuantos empresarios se enriquezcan con nosotros, nosotros tenemos la oportunidad de aprovechar lo que se nos ofrece durante la jornada laboral para enriquecernos también, pero una riqueza que nos desarrollará personalmente y esto irremediablemente nos desarrollará profesionalmente. Yo admiro a aquellas personas que habiendo trabajado para un empresario en una cierta profesión, luego han podido formar su propio negocio. Es un ejemplo del aprovechamiento del tiempo y de la adquisición de conocimientos que obtuvo determinada persona mientras trabajaba para otro.

Muchos pueden pensar que el trabajo que tiene actualmente no es el que desea, y menos en esta época no se puede ir renunciando trabajos. Creo que cada trabajo marca una fase en nuestra vida, y todas estas fases son transitorias, son puentes que nos llevarán hacia otra época. Hemos de aprovechar y sacarle partido a cada una. Si no pensamos que lo que hacemos hoy nos ayudará para seguir cambiando e ir desarrollándonos, caeremos en la dejadez, en la despreocupación y desmotivación.

Puedo presumir de haber realizado labores muy variadas, y de este modo haber conocido a muchos compañeros. Algunos consideraban su trabajo actual como un medio para desarrollar su proyecto. Por ejemplo, un antiguo compañero soportaba una jornada laboral de ocho de la mañana a ocho de la tarde cada día pateando calles, de puerta en puerta ofreciendo un producto de telecomunicaciones como cualquier otro únicamente por el deseo de montar su propio local en Ibiza. Dos profesiones totalmente diferentes pero que una sirve para alcanzar la otra, y así estar un poco más cerca de la libertad.

Cada uno tiene su motivación. Está en nosotros la responsabilidad de desarrollarla, y para esto es necesario estudiar y trabajar.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Los estudiantes no son como antes.

Muchas veces escuchamos quejas sobre el sistema educativo actual, sobre los jóvenes estudiantes de instituto y universitarios. Nos cuentan que otros tiempos anteriores fueron mejores en la enseñanza en la que eran abundantes los conocimientos enseñados, y se supone que también adquiridos. Que por aquel entonces, cuando aún vivía Franco y en los años posteriores a su muerte los estudiantes eran reivindicativos, estaban informados sobre la política, leían los periódicos. Aún hoy, de boca de amigos de mi quinta, de las últimas generaciones de los setenta, escucho que nosotros, los ahora treintañeros (y qué decir de los más mayores) estábamos mejor preparados que los jóvenes de ahora, que es vergonzoso escuchar a un alumno que no sabe dónde está tal ciudad, si es o no capital de algún país asiático o incluso de Europa.

Creo que es un error compararnos a nosotros mismos de hace unos años con los chicos de ahora por dos razones. Primero, porque todo cambia, la sociedad cambia. No podemos comparar la situación política, económica, social de ahora con hace cuarenta años. Y en segundo lugar, porque es imposible que nosotros mismos nos hayamos visto desde otra perspectiva que no sea dentro de nosotros. Creo que para compararnos y para opinar sobre nosotros deberíamos tener la posibilidad de alejarnos de nosotros y observarnos. Tal vez desde otro punto de vista cambie nuestro concepto de nosotros.

Pero puestos a comparar, yo no tengo ni idea de cómo son los estudiantes de ahora ni me atrevo a criticar su interés por los estudios o su capacidad de aprendizaje. Pero yo mismo, ni siquiera en la Universidad leía los periódicos, ni podría decirse que tuviera una visión ni general ni crítica de lo que es el mundo. Y por lo que veía y por lo que hablaba con los compañeros, pocos eran aquellos alumnos de la forma en que en estos días se presume que así éramos hace más de diez años. Yo por lo menos no lo fui, y sé que muchos, si no la mayoría de ellos, no lo fuimos. Y después del paso del tiempo me reencuentro con algunos de aquellos compañeros que van siguiendo una vida que cada cual ha podido elegir, contentos con ella (si el hachazo del paro no ha roto efímeros planes de futuro). Así que ahora no entiendo ese sentimiento triunfalista sobre los que son más jóvenes. Tal vez tenga una raíz psicológica. Tal vez necesitemos auto-justificar el abandono de la juventud con la creencia de que fuimos mejores.

¿Por qué exigir y castigar verbalmente a una juventud por su fracaso escolar cuando la mayoría de los trabajadores acuden al trabajo diario deseando que sea la hora de la salida de este? ¿Qué tienen que enseñar aquellas personas que pasan las horas de la jornada laboral pensando en cómo llevar mejor ese suplicio?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Comer carne clonada.

La Comisión Europea suspenderá durante los próximos 5 años la comercialización de carne o productos lácteos procedentes de animales clonados, debido a la incertidumbre de su consumo y a la falta de investigación, ya que no existen datos concluyentes que confirmen que dichos animales pueden servir de alimento sin ser nocivos para la salud. En España no ha llegado a las granjas la cría de animales clonados, por lo que no hay una presión por parte de empresas para que se apruebe dicha comercialización.

Es cierto que somos muchos para darnos de comer a todos de forma equitativa (me gustaría creer -digo que me gustaría- que es por eso por lo que hay más de medio mundo muriéndose de hambre) ¿Por qué no se favorece el sector primario y se desecha la idea de pagar 10.000 euros por una vaca clonada? No creo que la alimentación con animales clonados sea la solución para erradicar el hambre en el mundo. ¿Los países en desarrollo pagarían la generación de este tipo de ganadería?

Creo que hemos llegado a un punto en el que ya estamos considerando la posibilidad de alimentarnos, en un futuro, con carne de animal clonado. Y si ya ha llegado esta suposición a la opinión pública no tardaremos en ver cómo se hace realidad. Hace diez años discutíamos en la Universidad la ética de la generación de órganos y seres vivos a partir de células no diferenciadas. Hoy esto ya es realidad.


sábado, 30 de octubre de 2010

La amenaza sobre nuestro organismo.

Las células que forman nuestro organismo (y las de cualquier otro ser vivo) están continuamente dividiéndose. La división celular ocurre básicamente para el mantenimiento de cada órgano u estructura. Por ejemplo, nuestra piel está continuamente regenerándose. Las células que forman la capa más superficial de la piel van muriendo y siendo reemplazadas por células que van desplazándose de capas más inferiores. Debido a la continua muerte celular, se van generando nuevas. Igualmente, las células que forman parte de la capa que tapiza el estómago y el intestino son renovadas. En el caso de la piel y del sistema digestivo las agresiones a las células son continuas. El aire contaminado, la sequedad del aire, los microorganismos patógenos son amenazas a la salubridad de todo ser vivo. La piel es la primera barrera física ante estas amenazas. Debido a estas agresiones, las células de la piel se renuevan para que otras células nuevas y, por así decirlo, más fuertes hagan frente a diferentes compuestos contaminantes e infecciones. En cambio, el intestino es una zona más sensible y no actúa como barrera física. Existe una flora intestinal que lucha contra patógenos que hayan podido entrar por la ingesta de comida contaminada. Sin embargo, el estómago e intestino son más sensibles a compuestos tóxicos, y a veces cancerígenos, que contienen muchos alimentos elaborados industrialmente. Ya sea por una elevada tasa de división y renovación celular, en el caso de la piel, como por la mayor sensibilidad a la contaminación, en el caso del sistema digestivo, existe un mayor riesgo de generación de tumores.

Durante el proceso de división celular, las células duplican su material genético (ADN). Esta duplicación se realiza por el copiado de la información de cada célula. Diferentes proteínas participan en este complejo sistema para copiar el ADN. Las proteínas, en general, son sensibles a la presencia de agentes contaminantes. Así, el efecto que pueda tener una toxicidad sobre una proteína será más grave en cuanto a la importancia de la función que cumple dicha proteína. Durante la copia existen errores que son corregidos por otras proteínas, pero no existe una corrección al 100%. Así que ya sea por la pérdida de función de las proteínas por contaminación o por la elevada tasa de división, el pequeño porcentaje de error que pueda quedar en cada duplicación de material genético se irá acumulando. Por este motivo en aquellos órganos y estructuras que ocurre una elevada tasa de división celular o que están más expuestos a contaminantes, la aparición de tumores es más frecuente. Este es el caso de la piel, del sistema digestivo, del hígado o de los riñones. El cáncer de mama también es muy frecuente porque es un tejido que está sometido a frecuentes cambios hormonales. Estos cambios hacen que exista una continua reestructuración del tejido. De igual forma ocurre en las paredes del útero, en la próstata, y otros órganos víctimas de la aparición de tumores. Por ejemplo, en órganos que no sufren tantas divisiones celulares son menos comunes los casos de cáncer, por ejemplo el corazón. Existen muy pocos casos de cáncer de corazón.

No podemos evitar que las células se dividan, es más, necesitamos que ello ocurra. Así que la variable a modificar es la exposición a agentes contaminantes, tóxicos y cancerígenos que encontramos en la atmósfera, en el agua, en los alimentos o en diferentes materiales artificiales (es el caso del bisfenol presente en plásticos de muchos artículos, incluso de productos infantiles). La amenaza la tenemos presente, pero la alarma aún no ha sonado, o sencillamente la están apagando continuamente.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Sistemas abiertos bajo mentes cerradas.

Decir que enfermedades tan graves y tan complejas como el Parkinson, el Alzheimer y sobretodo el cáncer son producto de la forma de pensar de cada individuo es simplificar demasiado el problema. Estoy seguro que el origen de estas enfermedades no las crea el individuo en particular. Tal vez muchas otras enfermedades sí sean prevenidas o aliviadas con nuestro cuidado y la atención que le ofrezcamos a nuestro cuerpo. Pero en otras no solo es cuestión de una única persona.

Cierto es que dentro de la educación de cada persona podemos llegar a elegir nuestras ideas, ideas con las que nos valdremos durante nuestra vida. Sin embargo, todos estamos sometidos a las ideas de aquellos que gobiernan, aquellos que tienen un gran poder sobre el desarrollo de las sociedades (aquí entran todos los que forman parte de la cúspide de los principales poderes). El cambio de modelo mental de tales personas puede llegar a ser mucho más importante para la mejora de la salud mundial, que la forma de pensar de cada uno en particular.

Parece que siempre llegamos a responsabilizar a los mismos de los problemas mundiales, pero cuando decimos que existen personas que mueren de hambre, estas no han elegido nacer ni crecer en una población en la que falta alimento, ni tampoco que muchas personas eligieron crecer en un momento de la historia en la que la mierda formaba parte de sus casas. Ahora tampoco hemos elegido crecer en una sociedad con agua, aire y alimentos contaminados. Por entonces algo cambió y no fue por el cambio de mentalidad de la ciudadanía, sino por el cambio de ideas de unos pocos. Sé que no fue tan sencillo, un desarrollo económico ayudó enormemente. Por eso creo que un nuevo cambio puede llegar para que reduzca (no utilizo el verbo poder como probabilidad, sino como capacidad o de voluntad, si quieren o queremos este cambio llegará) un importante número de las enfermedades que hoy sufrimos. La fuerza y estabilidad mental nos ayudará a combatir y hacer frente a las enfermedades que nos puedan achacar, incluso algunas las podremos evitar por nuestras cualidades, pero estoy convencido que un par de ideas nuevas que reluzcan en unos pocos cerebros, ahora secos por la avaricia, hará que cambie muchas cosas, en cuanto a salud se refiere (y seguro también que en otros muchos aspectos).

¿Cuál puede ser este nuevo modelo mental? Dejar de tirar más basura. Esto hará en un principio que muchas sustancias no formen parte de nuestro ambiente. Que muchos productos químicos (metales pesados, cancerígenos como los famosos conservantes, estabilizantes, aromatizantes, colorantes, etc) dejen de estar presente en los alimentos, en el agua, en el aire. Que nuestra atmósfera no esté cargada de ondas electromagnéticas (con sospechas –que están a punto de dejar de serlo- de que son causantes de la formación de tumores), ni que exista un exceso de gases de efecto invernadero. Que productos radiactivos no naturales no se encuentren rodeándonos...

¿Cuál sería la razón por la que se decidiera no seguir inundándonos de estos desechos? La valoración del ciudadano como persona. En principio, valorar a la persona como un organismo vivo, como un complejo sistema abierto al resto del Universo, un sistema vivo formado por elaborados sistemas de acción y reacción. Procesos químicos, físicos y biológicos con los que la expresión génica, la formación de proteínas, las interacciones moleculares y el desarrollo celular sustentan nuestro ser, a cada organismo, ya sea persona, animal o planta. Y englobando a todos ellos, entender la importancia de cada relación establecida entre persona-persona, persona-animal, persona-planta, animal-animal, animal-planta y planta-planta. Y aún más, todas estas relaciones se multiplican considerando un nuevo factor, el factor ambiente. Todo aquello que se encuentra en el ambiente influye sobre cada organismo, así que imaginaros lo infinitamente complejo que puede llegar a ser. Cada sustancia de nuestro ambiente se convierte en un nuevo factor que se interrelaciona con cada organismo.

Como veis, una única idea que llegue a formar parte de nuestro actual modelo mental podría cambiar muchas cosas, sería el detonador de una nueva revolución mundial. La revolución hacia un nuevo concepto de salud. También creo que es necesario un cambio en el concepto de la medicina y que está muy relacionado con lo que he comentado aquí. Hasta ahora la medicina ha estudiado las enfermedades (y no la salud). Se investigan las enfermedades desglosándolas en pequeñísimas partes. Por ejemplo, en el estudio del cáncer podemos llegar a conocer investigaciones sobre una determinada proteína considerada como un represor tumoral, o estudios sobre la inhibición de la expresión de un determinado gen. Comprendo lo costoso que puede llegar a ser este tipo de estudios, por lo que aún más me cuesta imaginar cómo se puede estudiar la relación entre los diferentes factores, sustancias químicas o moléculas cancerígenas sobre un organismo vivo, por muy sencillo que puede llegar a ser este (por ejemplo un gusano). ¿Os imagináis la complejidad si al número de interrelaciones supuestas antes cuando considerábamos un organismo con el resto de sustancias ambientales, ahora lo multiplicamos por todos los procesos que existen en el interior de ese organismo?

Pero no quiero agobios. Cuando la higiene mejoró no hizo falta que alguien llegara a entender el número de procesos que se suceden entre una persona y una calle repleta de excrementos. Ahora tampoco hace falta que alguien estudie en detalle las relaciones de un ser vivo con su medio ambiente para que reduzcamos el amplio abanico de enfermedades. Tan solo es necesario saber que somos sistemas abiertos, y como tales estamos condicionados por todo lo que nos rodea.

domingo, 10 de octubre de 2010

Higiene mental.

La gripe, la tuberculosis, la malaria, el tifus, la hepatitis, paperas, el herpes, la peste, la rabia, la viruela, etc. Todas ellas son enfermedades infecciosas que están siendo controladas en mayor o menor medida debido principalmente al incremento de la higiene en la población. En zonas pobres en las que la higiene aún es un lujo siguen sufriendo tales enfermedades, además de no llegarles los medicamentos apropiados. Morir hoy en día de un resfriado es casi imposible, sin embargo, hace cien años era bastante común. Si consideramos las condiciones de vida de entonces no nos extrañaría que un contagio de cualquier virus o bacteria podría suponernos la muerte. Orina y excrementos en la calle con temperaturas de 20 a 35ºC y elevada humedad eran las condiciones ideales para que la sociedad viviera en un prolífico caldo de cultivo para diferentes enfermedades. Ahora, disponer de agua potable y canalizada ha supuesto un cambio radical en lo que a nuestra salud se refiere. La excepción de una enfermedad infecciosa que no está controlada es el SIDA. No existe un medicamento que pueda eliminar esta enfermedad de nuestro cuerpo (como tampoco lo hay para la gripe, solo aliviamos los síntomas), pero existen formas de protegerse frente a esta enfermedad. Podemos entender que la precaución y los preservativos son métodos que forman parte de una higiene.

Las enfermedades citadas antes se refieren a enfermedades originadas por bacterias y virus. Son factores exógenos a nosotros, microorganismos que nos invaden y debilitan nuestras defensas. Sin embargo, a pesar de disponer de unas condiciones de salubridad que jamás ninguna civilización ha desarrollado, seguimos sufriendo muchas enfermedades. Enfermedades tan frecuentes en cualquier población desarrollada económicamente, como por ejemplo Parkinson, Alzheimer, depresión, esquizofrenia, artritis, artrosis, migrañas, diabetes, hemorroides, infartos de corazón y otras enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, otras muchas más, y sin olvidarnos de los diferentes tipos de cáncer, la “epidemia” de nuestros días.

Todas estas enfermedades enumeradas no las adquirimos por ningún microorganismo, no son enfermedades que se originen por ninguna infección, no vienen de fuera, no son enfermedades exógenas, sino que son enfermedades que se originan desde nosotros. Nuestro propio organismo las genera. Son enfermedades endógenas. Cualquier ser vivo está programado para responder a los diferentes estímulos. Si no existe ningún factor externo que influya sobre el origen de estas enfermedades tal vez sea correcto pensar que los estímulos los creamos nosotros, que esos estímulos vengan de nosotros mismos. Nuestra forma de pensar, de actuar, de cuidarnos, de sentir influye sobre nuestra salud. Nuestras ideas nos guían por la vida, y la vida también es nuestra salud. Nuestras ideas, actuaciones y sentimientos conforman nuestro modelo mental, un modelo mental muy particular de cada persona, pero que de forma global podríamos definir un modelo general para la actual sociedad. El sedentarismo, la sobrealimentación, un sentimiento exagerado de posesión y propiedad, diferentes ansiedades y miedos predominan en nosotros, y estas características determinan nuestra salud. Cada uno sabe cuál es su problema, pero el mayor problema de todos es que decidimos convivir con el nuestro particular.

Lo mismo que hace más de cien años el ámbito de la salud mejoró enormemente en la sociedad por una mejora de la higiene, tal vez sea hora de que se desarrolle a nivel mundial una higiene mental, una higiene que haga cambiar ese modelo general mental que nos crea tantas enfermedades. Enfermedades que no vienen de fuera, sino que las creamos nosotros mismos y con las que convivimos día a día, y que cada vez se van haciendo más fuertes mientras nosotros las aguantamos conforme pasa el tiempo sufriendo más dolor, más impedimento, más tristeza. Ha llegado el momento de darnos cuenta de la importancia que tiene sobre nuestra salud nuestra forma de pensar, de ser, de sentir.

domingo, 3 de octubre de 2010

¿Sigues teniendo hambre después de haber comido?

Esa sensación de seguir teniendo hambre a pesar de haber comido tiene una explicación biológica. Se ha realizado un experimento con una serie de personas obesas a quienes se les ha suministrado durante 6 meses dos tipos de bebida: una sabrosa y calórica, y otra insípida y baja en calorías. Se ha observado que aquellas personas que más peso adquirieron fueron aquellas que mostraban menor actividad cerebral en la región asociada a las comidas gratas al paladar. Quiere decir que aquellas personas cuya actividad cerebral en esa región del cerebro determinada es menor de la normal, tendrán la necesidad de seguir comiendo. La actividad neuronal actúa en este caso suprimiendo una respuesta, comer. Aquellas personas que fisiológicamente no pueden desencadenar dicha reacción no podrán evitar seguir teniendo ganas de comer.

Esto es una enfermedad pero existen temporadas en las que uno siente más hambre que otras, es posible que se deban a cambios estacionales, a la propia actividad de cada uno y en determinadas épocas, también suele pasar que después de llevar unos días comiendo más de lo que solemos hacer, al volver a la normalidad (por ejemplo después de vacaciones de verano o de navidades, cuando se suele comer en abundancia) y al volver a comer las raciones habituales sentimos una insatisfacción alimentaria.

Es curioso como nuestros hábitos, la duración de los días, el estrés pueden influir sobre nuestra actividad neuronal y esta repercute sobre nuestro cuerpo. No es cierto que únicamente las características del funcionamiento de nuestro cerebro estén predeterminadas genéticamente, y que esto nos guíe y nos determine en nuestra vida. Existe una parte importante en la que nuestro cerebro actúa según factores externos, ya sean ambientales, culturales e incluso ocasionales.

Es complicado explicar lo siguiente. Si nuestra conducta puede influir a nuestra actividad cerebral, y si nuestra conducta depende de nuestra capacidad intelectual o cerebral, (aunque ciertas conductas se aprendan culturalmente), podríamos decir que nuestro cerebro está continuamente corrigiéndose, autoevaluándose, autoanalizando a través de respuesta-estímulo-respuesta-estímulo-etc. Por ejemplo, nos educamos, en cuanto alimentación se refiere, en una familia cuyos miembros comen abundantemente. Esta educación se almacena en el cerebro. Nuestro hábito en la comida tenderá a ser el de una alimentación abundante. Según el estudio comentado anteriormente y si consideramos que la actividad cerebral de la región mencionada puede variar a lo largo de la vida con diferentes factores, al alimentarnos de forma abusiva, nuestra actividad neuronal en aquella zona destinada a la saciedad disminuirá. Así nuestro cuerpo engorda. Con el tiempo decidimos seguir una dieta, reducir la cantidad de comida ingerida. No saciaremos el hambre que sintamos en los primeros días, pero poco a poco el umbral de la saciedad irá disminuyendo. Con el tiempo y siguiendo la dieta, la comentada actividad cerebral irá modificándose y así nuestro apetito irá cambiando con el cambio de nuestro cerebro y nuestros hábitos alimentarios. Así que llegamos a un punto en el que la voluntad (que viene de la conducta y ésta del cerebro) regula al umbral de la saciedad (controlado por una región del cerebro). Es decir, el cerebro controla al cerebro. ¿Dónde establecer una separación cuando nos referimos al cerebro?

domingo, 26 de septiembre de 2010

Ronroneoterapia

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los gatos ronronean? Sabemos que cuando los acariciamos, les rascamos la cabeza o incluso cuando duermen hacen un ruido que procede de los músculos de la laringe y el diafragma. Se ha llegado a demostrar que este ruido también lo producen en situaciones de estrés y cuando amamantan a sus crías. El ronroneo ocurre de forma constante y a una frecuencia de 25 a 150 hercios. Este intervalo de frecuencia ayuda a mejorar la densidad ósea y la cicatrización. Así que es muy probable que durante los largos periodos de descanso de los gatos, la emisión de este característico ruido tenga una función fortificante en la musculatura y estructura ósea de los mismos, e incluso el ronroneo de la madre que amamanta a sus crías contribuye al buen desarrollo de su prole.

Cuando leí esta curiosidad me acordé de los mantras budistas. En la cultura budista se suele usar diferentes sonidos llamados mantras para momentos de meditación. La emisión de estos sonidos por la propia persona con la frecuencia determinada puede tener un efecto sobre la salud. Son sonidos guturales que resuenan en la caja torácica. Creo que de alguna forma los mantras masajearán los órganos internos de una forma suave y continua estimulándolos físicamente. Estoy convencido que a parte de la estimulación química de hígado, riñones o estómago a través de hormonas y sustancias que segregamos y de las que nos alimentamos, la posibilidad de estimular físicamente a través de los sonidos, como hacen los felinos, ayuda a fortalecer nuestra salud. No quiero darle publicidad a ningún gimnasio de yoga, sino que esto da importancia que cualquier pequeño aspecto que nos rodea puede contribuir a nuestra salud. Los seres vivos no son solamente sensibles a través de sus sentidos, quiero decir que no solo percibimos el ambiente a través de los ojos, la piel, los oídos o la nariz, sino que todo nuestro cuerpo tiene una respuesta a cada estímulo. Por ejemplo, la estructura ósea, articulaciones y musculatura de los gatos responden a los sonidos de una determinada frecuencia. Estoy convencido que los seres humanos también lo somos. Los budistas lo llegaron a entender hace mucho tiempo, y aunque no de forma científica, saben que el cuerpo responde a todo tipo de factor externo, concretamente los sonidos. Pensad en el beneficio que le podemos aportar a nuestra salud cuando nos rodeamos de un ambiente con una música relajante, esos sonidos no solo lo percibimos por el oído, todo nuestro cuerpo, toda la superficie de la piel, nuestros órganos internos perciben la música. Nosotros percibimos placer, somos conscientes de ello porque estamos segregando endorfinas (hormona de la felicidad), pero inconscientemente nuestro corazón, bazo, riñones, músculos, intestino se relajan. Escuchar una voz dulce y suave también nos relaja, aunque también nos resultan agradables voces graves, esas que decimos que de ciertos actores son bonitas (Constantino Romero, Ramón Langa, Imanol Arias,…). Nosotros mismos sabemos lo que nos gusta y lo que no. Seguramente aquello que nos hace sentir mejor sea beneficioso para nosotros.

¿Qué cosas os hacen sentir bien? Estoy convencido que con cualquier cosa que propongáis podría hacerse una terapia, por ejemplo podríamos comercializar una terapia saludable a base de masajes en las palmas de las manos, o una terapia reconfortante de caricias en la nuca. ¿Cuál proponéis?

domingo, 19 de septiembre de 2010

¿El hambre en el mundo desciende en plena crisis?

En el discurso de Jacques Diouf habla del hambre en el mundo, de la gravedad del problema que existía antes que surgiera la actual crisis financiera, de valores o como quieran llamarle. Sin embargo, no hace muchos días anunciaron que durante este año se había producido la primera bajada, desde 1995, del número de personas que pasan hambre en el mundo. Y esto no me cuadra a mí, ¿existe una crisis financiera en los países desarrollados y desciende el hambre en el mundo, localizado en países en desarrollo (y en los que ni se están desarrollando)?

Esta correlación me hace pensar en una presión de los países económicamente poderosos sobre los pobres. Al entrar en crisis los primeros, dicha presión disminuye, dando un respiro a los sometidos. No sabría deducir que técnicas o cómo se produce dicho ahogo sobre los países pobres, pero han de ser estratégias políticas y financieras que yo no podría imaginar. Presiones en el comercio, transportes, explotación de minerales y combustibles fósiles, soborno a gobiernos, establecimiento de relaciones internacionales en la que existe una simbiosis. Si en los países ricos disminuye la demanda de diamantes, de oro, de combustibles, los pobres dejan de trabajar y de morir tanto para los ricos, y llegan a sobrevivir un poco mejor por el descanso. No creo que el hambre en el mundo haya descendido por las políticas de los gobiernos, están existen desde hace décadas y las personas y niños que mueren de hambre han ido en aumento.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Premiar la dedicación por la vida.

Después de que España ganara el mundial de fútbol hemos seguido sufriendo el bombardeo de noticias sobre el seguimiento que se le ha hecho a muchos jugadores durante las vacaciones, los medios de comunicación han estado relamiéndose del triunfo, muy disfrutado en su momento pero que es necesario dejar atrás. En realidad los triunfos son momentáneos. La selección española posiblemente fuera el mejor equipo durante el mes de junio en Suráfrica, pero no siempre será el mejor, el hecho que hayan ganado la copa del mundo no necesariamente han de seguir siendo los mejores. El resto de equipos evolucionan, cambian y mejoran. Hace unos días perdieron contra Argentina 4-1. No hay que sobrevalorar un premio de tales características. Cuando ganen casi todos los partidos y lleven una trayectoria constante entonces se les puede considerar como uno de los mejores.

En el caso de otros campos, la adquisición de un premio sí se refiere a la valoración positiva de una trayectoria. Tal puede ser el caso de los premios Nobel. La mayoría de estos premios son a investigadores, escritores y filósofos que durante toda su vida han trabajado en su profesión llena de fracasos iniciales y éxitos posteriores. En muchos casos otorgar un Nobel refleja la capacidad de trabajo y la constancia por mantener el entusiasmo para hacer grandes obras, obras que hacen progresar al individuo, a la humanidad en sí. Sin embargo la comunicación popular de tales premios, de los descubrimientos, del tiempo dedicado a ese trabajo es nula. Yo mismo no sería capaz de nombrar a ningún Nobel del año pasado, sin embargo sí podríamos recordar quién ganó la anterior copa del Mundial de futbol o con quién está saliendo cualquier famosillo de turno.

La población puede que valoremos más la inmediatez y despreciemos el trabajo bien hecho, las cosas que requieren su tiempo. Tal vez no nos parezca interesante saber cómo avanza la humanidad, si es que lo hace, porque si no nos interesa alguien trabajará para que paremos de destrozar el planeta, para que dejemos de asesinar inocentes, de declarar guerras, de matar o hacer daño a quienes nos quieren, de humillar, despreciar y no respetar por nuestras creencias y hacerlo por la de los demás. Avanzar requiere un continuo trabajo que dura toda la vida de cada persona y se necesita la dedicación por la vida de todos nosotros.

lunes, 30 de agosto de 2010

Los coletazos de crudo en el Golfo de México

Una vez de vuelta de las vacaciones me encuentro con una noticia relacionada con el vertido de crudo en el Golfo de México. En ella se comenta que los efectos de tal desastre sobre el medio puede tener consecuencias, siempre negativas, de 25 a 90 años. ¿Recuerdan la erupción del volcán de Islandia, un fenómeno natural muy espectacular? ¿Recuerdan el revuelo que se formó durante dos o tres semanas por el asunto de la cancelación de vuelos? Surgieron debates si el gobierno debería ayudar económicamente a las aerolíneas por el dinero que estaban perdiendo a causa de no poder realizar los vuelos. También que la extensa nube de humo impediría el paso de los rayos de sol hacia la superficie terrestre originando un verano atípico. Después de aquel bombardeo de noticias, suposiciones, sucesos de personas sin vacaciones y demás, ya no hemos vuelto a saber nada más de aquello. Tal vez sea porque no se merecía ni tan solo una décima parte de la atención que le mostró a los efectos de la erupción. Ocurrió una erupción volcánica y ya está, no hubo que lamentar perdidas de pueblos arrasados por las cenizas o la lava. Sin embargo, días después ocurrió el vertido de petróleo desde una planta petrolífera en el Golfo de México, en pleno océano. Aquella noticia sí que la lamenté. Miles de toneladas de crudo vertido, miles de animales asfixiados por los vapores emitidos, otros tantos ahogados por no poder tomar aire de la superficie o porque el pegajoso petróleo se adhería al plumaje de las aves acuáticas y semi-acuáticas. El 75% del vertido aún queda bajo agua, formando una columna de unos 40 kilómetros de longitud.

Aquello sí que fue un desastre, y aún lo es, y lo seguirá siendo durante decenas de años. Creo que si este hecho ha trascendido más ha sido por la criticable gestión del accidente por parte de la petrolera responsable BP. ¿Alguna vez nos mostrarán las noticias por las consecuencias realmente importantes?

jueves, 17 de junio de 2010

Lo que sí es importante.

Cuando la naturaleza se manifiesta de tal forma que no nos deja volar nos escandalizamos, protestamos, hacemos balances sobre el impacto que tiene sobre la economía, que nos fastidia nuestras vacaciones, y demás. Pero cuando ocurre un desastre con mucho mayor efecto ecológico, y a la larga económico, como es el vertido de toneladas de petróleo en el océano ya no cunde tanto el pánico. Creo que se piensa que es algo ajeno y que no nos va a afectar, está muy lejos. Tal vez lo sufran las zonas costeras más próximas. Y lo digo porque realmente se siente así. En el caso del volcán, notaba que la gente tenía miedo, aquellas personas con problemas respiratorios temían por su salud, era una amenaza que avanzaba hacia nosotros y no había forma de detenerla. Con el vertido de petróleo parece que no hay tanto peligro, o eso es lo que pensamos o nos hacen pensar.

domingo, 13 de junio de 2010

El agua del grifo al desagüe.

Ahora es normal que todos bebamos agua embotellada. Es raro encontrar gente de grandes localidades que beba agua del grifo, por lo menos de la zona en la que vivo, en L’Horta Sud de Valencia.

Recuerdo que hace unos diez, quince años, cuando aún bebía agua del grifo ya se empezó a comprar de vez en cuando agua embotellada, y la verdad es que el mal sabor del agua se notaba. Poco a poco hemos optado por beber agua de otras partes de España y dejar la que se nos suministra para lavar los platos, ducharnos y regar las plantas. Me parece que hemos llegado a un punto límite en el que ya no aceptamos el agua que disponemos a nuestro alrededor y requerimos que el agua que nos nutra venga encerrada en botellas de otras ciudades. Hemos llegado a un punto de la contaminación del agua que ha hecho imposible la recuperación de los acuíferos de donde procede. Ya no la queremos para beber, y no me extraña porque a pesar de estar tratada física y químicamente no es posible devolverle las propiedades naturales que contenía el agua en su origen.

Por una parte, el agua que ha salido por nuestros grifos ya va directamente a mezclarse con el resto de aguas residuales del resto de la localidad. Aguas que han sido vertidas a fregaderos, urinarios, bañeras y demás. Aguas que arrastran todo tipo de desechos y detergentes. En este punto el agua adquiere todo tipo de contaminantes que han de ser eliminados por las plantas potabilizadoras. Pero por otra parte, el agua que pueda proceder directamente de los acuíferos que humedecen y riegan nuestro subsuelo ya está contaminada.

El agua más pura que podamos encontrar se sitúa en las montañas, aquella que vienen del deshielo y se cuela por las grietas del terreno o surca pequeños regajos hasta que va tomando forma de grandes ríos. En el camino del agua va adquiriendo diferentes minerales y nutrientes, aquellos que va disolviendo a su paso. Poco a poco el agua va enriqueciéndose de aquello que va encontrando y lo va disolviendo todo. El problema es que no es un proceso selectivo y se incorporan tanto los minerales como nuestros desechos y contaminantes. El problema actual es que cuanto más recorrido hace el agua de una zona en concreto, más riesgo existe de adquirir más sustancias contaminantes debido a que la tierra, el subsuelo está plagado de materia orgánica en descomposición, detergentes y metales pesados. De ahí viene la sobrevaloración del agua de manantial. Por ahora es el único tipo de agua que aún puede conseguirse sin que esté muy contaminada. Pero es que esto no debería ser así. Porque qué es lo que ocurre con el agua de los acuíferos, ¿ya no la utilizamos? Irremediablemente ha de usarse para nuestro abastecimiento. Un uso de esta agua sabemos que es para nuestros grifos, y puede que hayamos optado por no usarla nada más que para las actividades domésticas. Pero esa agua se utiliza sobre todo para el riego de cultivos. Si el agua que ya está contaminada se usa para regar los campos, las plantas y frutas absorberán dicha agua incorporándose en sus tejidos que con su consumo llegará a nosotros. El problema es que frutas y verduras no retienen únicamente el agua, sino todas las sales y compuestos que puedan contener. Las plantas tienen sus mecanismos de excreción de sales cuando tienen un exceso, pero no todas, y menos las cultivables, están adaptadas para eliminar metales disueltos como el mercurio o el plomo. Así entendemos que lo que han absorbido nuestros alimentos básicos como frutas y verduras lo incorporaremos nosotros también, y sin la posibilidad de excretarlos completamente y acumulándose en nuestro organismo. Pero no quiero hacer boicot a las verduras, porque el ganado no bebe agua de manantial embotellada. También se les suministra el agua potable que nosotros usamos para llenar la cisterna y para lavar los platos.


lunes, 31 de mayo de 2010

Sin saber si hablar o callar.

Estamos viviendo tiempos difíciles y creo yo más difíciles de lo que se nos transmite por los medios de comunicación. No es por ser alarmista pero mucha gente se encuentra en situaciones complicadas para vivir igual a como lo estaban haciendo hace un par de años. Y otras muchas personas se dirigen hacia esa situación. La actual crisis la estamos sufriendo los ciudadanos de a pie, los currantes, los que invertimos tres cuartas partes del tiempo de nuestra vida en buscar y mantener nuestro trabajo y obtener unos ingresos que nos permitan vivir bajo un techo prestado. Aquellas personas que durante años han permanecido en una empresa, trabajando día a día, luchando por no perder ese trabajo aceptando unos derechos laborales que han ido a menos con el paso de los años, aceptando la pérdida del derecho de un contrato fijo por uno indefinido con el que puedes ser despedido en cualquier momento recibiendo una indemnización que no siempre es la que a uno le corresponde. Aceptando la aparición de una competencia ilegal arropada por los empresarios en su momento cuando la inmigración sin documentos supuso una nueva pérdida de la opción de reclamar lo que al trabajador le correspondía. De adaptarse a la bajada de salarios por no perder el puesto de trabajo. Después de todo esto, ahora nos encontramos con la excusa de la crisis para que muchísima gente se encuentre en el paro, sin saber si debemos quejarnos o comprender que las crisis solo traen desempleo.

Tal vez uno acepte con cierta resignación la pérdida de su trabajo, pero es que mientras uno trabajaba no le estaban haciendo un favor. Recibimos un sueldo "justo" (justo de justico, vamos)para utilizar la mitad de este en pagar una vivienda durante 30 o 40 años, el resto del sueldo lo utilizamos para nuestra alimentación, pero la mayor parte va de nuevo al sistema económico, de vuelta a las arcas de la comunidad y del Estado. El pago de impuestos en forma de IVA, IRPF, contribución de vivienda, de circulación, comisiones, seguros obligatorios y otros opcionales pero que mejor que los tengas, sanciones que se imponen cuando los que nos gobiernan necesitan recaudar dinero. Para todo esto tenemos dinero, el justo. Los cinco o seis primeros meses que trabajamos al año es para pagar todos estos tipos de impuestos, con el resto ya podemos pagar otras cosas prestadas, como el piso o el coche, que si no lo devuelves al estado lo pagas al banco, que al fin y al cabo es lo mismo. Por este motivo me sorprende la paciencia del ser humano. Aún somos capaces de tener la esperanza de que la crisis desaparezca. Claro está que se irá, pero es que no había motivo para que hubiese llegado.

domingo, 23 de mayo de 2010

Lo que la naturaleza nos hace ahorrar.

Edward O. Wilson, profesor de Univ. Harvard, divulgador, sociobiólogo y creador del término biodiversidad comenta: “Démonos cuenta de lo que estamos abandonando y que ahora es gratis: el enriquecimiento del suelo, la regulación del clima, el aire que respiramos y el agua que bebemos.”

Ya hace muchos años se realizó un estudio para estimar el coste de aquello que estamos destruyendo en la naturaleza: agua, aire, suelo y demás. El precio de todo esto alcanza la cifra de treinta y tres millones de dólares al año. Es una barbaridad y el problema es que podemos disfrutarlo de forma gratuita porque la naturaleza nos lo ofrece, pero estamos viviendo la época de transición en la que pasamos de coger el agua directamente de la naturaleza a la época en que necesitamos tratar con filtros y compuestos químicos, que cuestan su dinero, para poder beber agua. Y lo mismo pasa con el aire y el suelo. El suelo ha de tratarse para fertilizarlo y que no quede estéril. No si llegará el momento en el que el aire sea filtrado para que podamos respirar en todo momento. Por ahora ya respiramos aire filtrado y acondicionado en nuestros lugares de trabajo y en ocasiones, en nuestra casa y medios de transporte.

sábado, 22 de mayo de 2010

Pasa y busca en el fondo del cajón.

El motivo del título del blog es la intención de reflejar y expresar aquello que no se muestra en público. Toda información transmitida por televisión, radio y primeras páginas de los periódicos oculta otra información que se guarda y se almacena, acumulando polvo y olvidándose de su importancia. Mucha información se guarda en lo que podemos llamar Trastienda. Por esto, quiero que "Busca en la Trastienda" sea un lugar en el que podamos expresar ideas, vivencias, pensamientos y sentimientos que no oimos en la vida pública, porque parece que no son de interés general. Pero qué hay más importante que nuestra vida.

Sencillamente trataremos temas que normalmente tenemos con nuestras personas más cercanas, familia, amigos y compañeros. Serán cuestiones que surgen en cualquier conversación a pie de calle, en cualquier cafetería, pero que nunca escuchamos en la televisión ni en las principales cadenas de radio. Escuchamos debates en los que acaban discutiendo unos con otros, debates en los que se contraponen dos ideologías contrarias con el fin de la expresión plural, pero en los que cuando acaban no sacamos nada en claro. Terminamos con las mismas dudas, o más de cuando empezamos y con la sensación de no haber entendido de qué han hablado. Pero en estos debates en los que hay confrontaciones no vemos que haya comprensión, entendimiento o reflexión sobre lo que se dice. Apenas existe empatía por el que expone sus ideas, por el que cuenta sus problemas. La empatía, el ponerse en el lugar de la otra persona, los verdaderos problemas de los ciudadanos quedan relegados en la mayor parte de los medios de comunicación, queda oculto en un lugar que no vemos, que prefieren que no veamos, que ni nos planteemos, queda acumulando polvo en la Trastienda de nuestras vidas. Nos atontan con programas de televisión de entretenimiento, desvían nuestra atención hacia fuera de nosotros, para que nos interesemos por la vida de los demás, por los conflictos de los demás, por las propiedades de los demás, pero no nos ayudan a que nos miremos a nosotros mismos, hacia nuestra vida. Esta es la vida que vamos a vivir, no hay nada más importante para cada uno como su propia vida, ¿por qué nos vamos a interesar por la vida de quienes no conocemos en absoluto y de quienes solo quieren que nosotros les veamos para que sigan ganando dinero? Está claro que me refiero a todo el mundo de la prensa rosa. Nuestra vida, la que ahora mismo, en este preciso momento estamos viviendo es el asunto más importante que tenemos en marcha, es nuestro proyecto más importante, el proyecto de nuestra vida. Y claro está que en nuestra vida no estamos solos. Nuestra vida está enriquecida por nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestros intereses particulares o aficiones, nuestro cuerpo y salud, nuestras ideas. Y son estas, nuestras ideas las que van a guiarnos en cada momento, en cada decisión que debamos tomar, las que nos guiarán a lo largo de nuestros años. Así que no hay otra cosa más importante de qué hablar que de lo que ocurre en nosotros y a nuestro alrededor.