lunes, 30 de agosto de 2010

Los coletazos de crudo en el Golfo de México

Una vez de vuelta de las vacaciones me encuentro con una noticia relacionada con el vertido de crudo en el Golfo de México. En ella se comenta que los efectos de tal desastre sobre el medio puede tener consecuencias, siempre negativas, de 25 a 90 años. ¿Recuerdan la erupción del volcán de Islandia, un fenómeno natural muy espectacular? ¿Recuerdan el revuelo que se formó durante dos o tres semanas por el asunto de la cancelación de vuelos? Surgieron debates si el gobierno debería ayudar económicamente a las aerolíneas por el dinero que estaban perdiendo a causa de no poder realizar los vuelos. También que la extensa nube de humo impediría el paso de los rayos de sol hacia la superficie terrestre originando un verano atípico. Después de aquel bombardeo de noticias, suposiciones, sucesos de personas sin vacaciones y demás, ya no hemos vuelto a saber nada más de aquello. Tal vez sea porque no se merecía ni tan solo una décima parte de la atención que le mostró a los efectos de la erupción. Ocurrió una erupción volcánica y ya está, no hubo que lamentar perdidas de pueblos arrasados por las cenizas o la lava. Sin embargo, días después ocurrió el vertido de petróleo desde una planta petrolífera en el Golfo de México, en pleno océano. Aquella noticia sí que la lamenté. Miles de toneladas de crudo vertido, miles de animales asfixiados por los vapores emitidos, otros tantos ahogados por no poder tomar aire de la superficie o porque el pegajoso petróleo se adhería al plumaje de las aves acuáticas y semi-acuáticas. El 75% del vertido aún queda bajo agua, formando una columna de unos 40 kilómetros de longitud.

Aquello sí que fue un desastre, y aún lo es, y lo seguirá siendo durante decenas de años. Creo que si este hecho ha trascendido más ha sido por la criticable gestión del accidente por parte de la petrolera responsable BP. ¿Alguna vez nos mostrarán las noticias por las consecuencias realmente importantes?