sábado, 18 de febrero de 2012

Desconfianza.

Llevo un tiempo sin añadir ninguna entrada. Realmente no ha sido por falta de temas, en concreto de los medioambientales que son los que más me interesan. Podría haberme referido en varias entradas a lo tratado y nada pactado en la Cumbre del Clima celebrada en Durban el pasado mes de diciembre. Pero esto lo puedo resumir en una frase: EEUU y China se niegan a pactar un acuerdo de reducción de gases invernaderos. También podría haber comentado que existen menos de 40.000 leones en el mundo y que están a punto de considerarse “especie en peligro de extinción”. El ser humano sigue demostrando su poder matando furtivamente a un animal a cientos de metros desde un todoterreno. Y podría haber comentado noticias del estilo, pero ninguna de ellas son fáciles de digerir y regurgitar por escrito. Noto que el periodo de crisis que estamos viviendo se está convirtiendo en un “todo vale” para que los que manejan el destino de este planeta instauren con impunidad leyes y estrategias para explotar sin restricciones los limitados recursos que hay en el mundo. Y no solo me refiero a recursos como el petróleo, el carbón, o que ensucien el agua y contaminen mares y océanos, sino que asfixien al ser humano en una continua pérdida de derechos. Derechos que hemos podido hacer uso, por ejemplo, aquellos que vivimos en España, pero que niños, mujeres y hombres de otras partes del mundo tendrán ahora menos probabilidad que nunca de adquirir ni uno solo de esos derechos que se reflejan en nuestra Constitución (aunque esta sirva para que quienes mandan se la pasen por…).