El planeta sigue sufriendo los mismos problemas y con ello
el ser humano también sufre, aunque individualmente muchos nosotros no nos
demos cuenta de ello. Y no solo nosotros, sino que, al parecer, las 50.000
personas que se reunieron desde el 20 al 22 de junio en la Cumbre del Clima en Rio de Janeiro, 20 años después, tampoco saben
qué ocurre donde pisan o no quieren ponerle remedio.
Para simplificar expondré qué es lo que le ocurre a la Tierra medioambientalmente hablando:
aumenta la temperatura global; aumenta el nivel del mar; existe mayor
frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos; desciende la superficie de los
glaciares; disminuye la biodiversidad; ocurren más migraciones; aumenta la
probabilidad de contraer enfermedades infecciosas; medio mundo se muere de
hambre y el otro medio se muere de sobrepeso…
¿Qué tenían que haber
tratado los 130 jefes de Estado presentes en la Cumbre y no hicieron?
Impulsar la financiación de políticas a favor del medio ambiente; crear una
agencia medioambiental de la ONU; impulsar medidas de protección de los
océanos; reducir o eliminar los subsidios hacia los combustibles fósiles;
erradicar la pobreza…
¿Por qué se cree que no
ha habido acuerdo alguno sobre los anteriores puntos? Algunas de las
razones son: EEUU se niega a tomar medidas al respecto (Obama no acudió a la
Cumbre); Europa, con una política algo más pro-medioambiente, ha perdido poder
durante los años de crisis (Merkel tampoco se presentó); China como nueva
potencia económica ya contribuye al deterioro del planeta y también se niega a
restringir el consumo de petróleo y carbón; se utiliza la existencia de la crisis
de muchos países como coartada para no invertir en medio ambiente; se ha
desviado la atención de los temas de cambio climático y biodiversidad hacia la
pobreza (cuando todo está estrechamente relacionado) y se fomenta la idea de
invertir en procesos con efectos inmediatos (la inversión en el cambio
climático implica cambios a medio y largo plazo).
De estos días de reuniones se ha
sacado en claro un borrador que
plantea los problemas actuales sin proponer medidas contra ellos y que ya
estaba redactado antes del día 20 de junio. Lo que significa que los reunidos
en Rio se encontraron con la faena hecha antes de que llegaran. De esta forma se ha evitado que no les ocurriera lo de Copenhague en 2009, que
tuvieron que quedarse la última noche de las reuniones redactando un informe que
resultó ser poco ambicioso como viene siendo costumbre.
Las conclusiones que se extraen de los eventos que tienen como
finalidad tratar temas de medio ambiente son siempre las mismas: siguen
perdiendo los países pobres porque seguirán muriendo de hambre, ahogados por
tsunamis y enterrados por terremotos; perderemos especies valiosas, incluso
económicamente (cosa que pocos entienden); gastaremos más energía sucia y
radiactiva; comeremos alimentos manipulados y contaminados; beberemos agua a precio de coca-cola y seremos
enfermos crónicos. ¿Aún creemos que la
salud ambiental no debe interesarnos?
Finalmente, lo único bueno que
hemos sacado los españoles de esta Cumbre del Clima Rio+20 es que durante unos
minutos nos quedamos sin presidente de Gobierno y sin sus medidas “duras pero
necesarias”. Eso sí, se lo encaramaron a los pobres de las Islas Salomón.
1 comentario:
Es una pena que de estas cumbres no se saquen resoluciones claras o que las iniciativas como la de los objetivos del 2010 no se cumplan (reducción de la pérdida de biodiversidad).
Y la culpa no la tienen sólo los políticos de turno, sino tb nosotros, porque no les exigimos.
Una pena.
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