lunes, 22 de noviembre de 2010

Los estudiantes no son como antes.

Muchas veces escuchamos quejas sobre el sistema educativo actual, sobre los jóvenes estudiantes de instituto y universitarios. Nos cuentan que otros tiempos anteriores fueron mejores en la enseñanza en la que eran abundantes los conocimientos enseñados, y se supone que también adquiridos. Que por aquel entonces, cuando aún vivía Franco y en los años posteriores a su muerte los estudiantes eran reivindicativos, estaban informados sobre la política, leían los periódicos. Aún hoy, de boca de amigos de mi quinta, de las últimas generaciones de los setenta, escucho que nosotros, los ahora treintañeros (y qué decir de los más mayores) estábamos mejor preparados que los jóvenes de ahora, que es vergonzoso escuchar a un alumno que no sabe dónde está tal ciudad, si es o no capital de algún país asiático o incluso de Europa.

Creo que es un error compararnos a nosotros mismos de hace unos años con los chicos de ahora por dos razones. Primero, porque todo cambia, la sociedad cambia. No podemos comparar la situación política, económica, social de ahora con hace cuarenta años. Y en segundo lugar, porque es imposible que nosotros mismos nos hayamos visto desde otra perspectiva que no sea dentro de nosotros. Creo que para compararnos y para opinar sobre nosotros deberíamos tener la posibilidad de alejarnos de nosotros y observarnos. Tal vez desde otro punto de vista cambie nuestro concepto de nosotros.

Pero puestos a comparar, yo no tengo ni idea de cómo son los estudiantes de ahora ni me atrevo a criticar su interés por los estudios o su capacidad de aprendizaje. Pero yo mismo, ni siquiera en la Universidad leía los periódicos, ni podría decirse que tuviera una visión ni general ni crítica de lo que es el mundo. Y por lo que veía y por lo que hablaba con los compañeros, pocos eran aquellos alumnos de la forma en que en estos días se presume que así éramos hace más de diez años. Yo por lo menos no lo fui, y sé que muchos, si no la mayoría de ellos, no lo fuimos. Y después del paso del tiempo me reencuentro con algunos de aquellos compañeros que van siguiendo una vida que cada cual ha podido elegir, contentos con ella (si el hachazo del paro no ha roto efímeros planes de futuro). Así que ahora no entiendo ese sentimiento triunfalista sobre los que son más jóvenes. Tal vez tenga una raíz psicológica. Tal vez necesitemos auto-justificar el abandono de la juventud con la creencia de que fuimos mejores.

¿Por qué exigir y castigar verbalmente a una juventud por su fracaso escolar cuando la mayoría de los trabajadores acuden al trabajo diario deseando que sea la hora de la salida de este? ¿Qué tienen que enseñar aquellas personas que pasan las horas de la jornada laboral pensando en cómo llevar mejor ese suplicio?

3 comentarios:

Masunodos dijo...

Estupenda entrada, ya no nos acordamos de los problemas que teníamos de jóvenes. Comparto esto al Face-book, que alguién se alegrará de verlo, saludos.

Ester Giner dijo...

Bueno pues qué decir... yo soy de la que hace este comentario cada día. Y es que cuando estás en la otra parte, (y aunque yo sigo siendo también alumna) te sorprende ver la superficialidad con la cuál trabajan, piensan la nuevas generaciones. Y está claro, no es más que eso, un hecho generacional. Pero deprime mucho ver que estos chicos (mis alumnos tienen de 19 años hacía arriba) no sepan ni dividir. Uff... yo me pongo muy nerviosa y de verdad me parezco a mis abuelos cuando decían: adónde vamos a ir a parar...!! Pero soy consicente de que no es culpa de ellos, es un cambio social, de educación (de degenerada educación) y aunque no podemos ponernos del todo en su lugar tenemos que plantearnos como ayudarles a captar lo que intentamos transmitirles como profesores, y quizás acercarnos a ellos con sus nuevos métodos. Nosotros, profesores casi todos jóvenes, nos planteamos este problema y esta gran necesidad al principio de cada semestre. Pero te aseguro que es muy difícil!
Yo me he puesto a hacer videos de mis lecciones, y ahora hemos creado una plataforma e-learning dónde ellos interaccionan... pero yo aún tengo mis dudas sobre cómo está funcionando.
Gracias, Félix, éste es un tema que me interesa mucho, porque para mí es un problema diario.
A ver si te hacen muchos comentarios y me ayudáis a entender!!

Esther dijo...

Muy interesante todo lo que planteas, me lo llevo para pensarlo....
Yo trabajo con estudiantes que no quieren estudiar, con los que tengo una visión muy parcial del tema...
El caso es que yo pienso que la escuela es la misma con distinto maquillaje, pero el fondo es el mismo o sea, que los estudiantes siguen igual que cuando nosotros lo éramos.
Se anula el pensamiento crítico y cómo no el pensamiento divergente, una pena, yo tenía una profe en COU de física que decía "esto, de memorión" no una ni dos veces, casi todos los días para prepararnos para selectividad...
Un saludo, y felicidades por tu blog, muy interesante, he llegado a él gracias al blog de MAnu "lista de ideas..."
Un saludo