Quería añadir una nueva y última
entrada más tratando el tema que me venía refiriendo últimamente, el cáncer.
Hasta ahora lo había tratado desde el punto de vista científico, intentando
explicar de la forma más sencilla posible qué es el ADN, los procesos que
ocurren hasta formar proteínas y cómo estos procesos sufren fallos que en
algunos casos generan mutaciones y éstas pueden guiar hacia un cáncer. También se
ha comentado cuales son los factores que con más probabilidad pueden dañar las
células y desencadenar la multiplicación incontrolada de éstas hasta generar
diversos tipos de tumores, dependiendo del órgano en el que ocurran. Sin embargo,
cabe la posibilidad que la inducción de un cáncer no sea únicamente debida a un
agente externo como puede ser la irradiación de luz ultravioleta o la ingesta
de algún compuesto mutagénico.
A raíz del comentario de un profesor de
psicología en un curso sobre enfermedades terminales, he considerado si la
aparición de un cáncer tiene un componente psicosomático. Realmente, la
reflexión de este profesor fue que pensáramos en las personas que conocíamos
que sufrían esta enfermedad. Dio por descontado que todos conocíamos a alguien,
esto indica la frecuencia tan alta que ha alcanzado el cáncer en nuestra
sociedad. Una vez identificadas a dichas personas recordamos el carácter de éstas.
Por lo general, comentaba, suelen ser personas de las que solemos tener un
concepto de “buenas personas”, es decir, personas que son más sufridas, que
guardan sus sentimientos y se resignan, tal vez prefieran complacer antes que
exigir lo que realmente desean. Aunque puede ser una descripción muy general,
ya que todos podamos sentirnos reflejados en ciertas situaciones, la considero incompleta. Creo que una actitud
más introvertida ante la vida hace que el organismo varíe y se inmunodeprima,
es decir, las defensas que protegen nuestra salud de ciertas amenazas se
desmoronan, se pierde la protección frente determinados virus y bacterias
infecciosas, de igual forma que se pierde la protección que detecta aquellas
células anormales que van apareciendo de forma continua en nuestro organismo.
Células mutadas se originan por todo lo que en otras entradas se ha comentado,
pero el sistema inmunológico juega un papel muy importante en el control de la
proliferación de estas células. Por este motivo, un organismo inmunodeprimido
es más propenso a sufrir cáncer. Creo firmemente que el propio carácter y la
actitud frente a la vida influye sobre nuestra salud. No hemos de confundir que
existe un tipo de personalidad protegido totalmente del cáncer, pero sí creo
que una personalidad más retraída es el punto de partida de la acumulación de
pensamientos negativos, de la indiferencia o el miedo ante las decisiones a
tomar en la vida y la depresión. Todo esto hace que el sistema inmunológico se
debilite y no sea capar de identificar tanto patógenos como células anormales
en nuestro cuerpo, dándoles la posibilidad de la proliferación y con ello la
aparición y desarrollo de enfermedades más o menos graves.
El hecho que la depresión sea
origen de un cáncer no está demostrado científicamente, ya que resulta
complicado este estudio, pero confío que con el avance de la ciencia y el
desarrollo de investigaciones interdisciplinares se llegue a demostrar y así poder
luchar desde el propio individuo para prevenir el cáncer mucho antes de que una
célula mutagénica se convierta en tumor.
1 comentario:
Interesante, parece una divagación...Pero de ellas también se pueden sacar cosas beneficiosas (Divagaciones)
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